sábado, noviembre 23, 2024
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Las victorias primarias amañadas por Hillary muestran al mundo que los presidentes son seleccionados – no elegidos

por Jay Syrmopoulos

Phoenix, AZ – El arreglo es aparentemente para las presidenciales demócratas de 2016, luego que una supresión masiva de votantes fue reportada en las primarias democráticas de Arizona.

En 2012, el condado de Maricopa tenía 200 casillas de voto el día de las primarias, pero el número de casillas se redujo a 60 en 2016.

La reducción extrema de casillas sirvió para crear tiempos de espera de más de cinco horas para emitir un voto; una extrema cantidad de tiempo que los ciudadanos de la clase trabajadora no se pueden dar el lujo de esperar.

Helen Purcell, quien estuvo a cargo del registro del condado de Maricopa y fue responsable de la reducción de las casillas en 2016, intentó justificar sus acciones afirmando que la participación electoral era tradicionalmente baja, de forma que simplemente redujo el número de casillas para ahorrar dinero.

Indicativo de algo más nefasto en curso de realización, el condado de Pima, hogar de Tucson,  había casi doblado el número de casillas abiertas comparado con el condado de Maricopa, a pesar de que el primero es aproximadamente sólo la tercera parte del segundo.

En la cumbre del menor número de casillas abiertas en general, la falta de éstas en barrios latinos densamente poblados indica algo mucho más organizado, considerando que casi 41 por ciento de los residentes de Phoenix son latinos.

“En mi distrito, sólo hay una casilla para votar”, dijo el senador demócrata del estado, Martin Quezada, a AZCentral.com. “En el distrito vecino, LD 30, no hay casillas”.

“No es coincidencia que muchas áreas pobres y predominantemente latinas no tengan casillas para votar”, dijo la columnista editorial de AZCentral.com el martes por la noche.

Este tipo de anomalías son parte de la maquinaria cuando se trata de establecer élites políticas como Hillary Clinton, lo cual plantea la cuestión: ¿están siendo amañadas las elecciones?

Un análisis estadístico de los resultados de la votación de 2008 a 2012 reveló que tuvo lugar un amañamiento masivo de votos electrónicos, demostrando que más de 1 millón de votos fueron cambiados, de otros candidatos de GOP, a Mitt Romney, en las primarias presidenciales de GOP en 2012.

“Este efecto sustantivo rebasa los límites estadísticos razonables, y calculamos que la probabilidad de manipular resultados electorales es más que típica o incluso extrema”, dice François Choquette, coautor del análisis.

Hace algún tiempo, en 2008, Clinton se estaba enfrentando al candidato advenedizo Barack Obama, quien sólo había ganado en Iowa y tenía una amplia ventaja para ganar en New Hampshire en ambas encuestas preelectorales, así como en las encuestas de salida en la noche electoral.

Pero los resultados finales fueron diferentes por completo de los de las encuestas, que daban la victoria a Obama, con una ventaja promedio de 8.3 por ciento, mientras que Clinton ganó por un 2.6 por ciento, ganando de alguna manera inexplicable 10 puntos durante la noche.

Añádase a esta sospecha que varias encuestas preelectorales habían sido justamente precisas en sus predicciones para todos los demás candidatos en la misma contienda, , pero misteriosamente habían fallado los números de Clinton y Obama.

Es interesante observar que los resultados contados a mano favorecían a Obama, mientras que Clinton ganó en distritos donde las máquinas de voto electrónico secretamente contaban votos.

Clinton: recuento de lectura óptica en todo el estado: 52.73 por ciento
Obama:  recuento de lectura óptica en todo el estado: 47.27 por ciento
Clinton: recuento de lectura óptica en todo el estado: 46.75 por ciento
Obama: recuento de lectura óptica en todo el estado: 53.25 por ciento
Según un reporte aparecido en Truth-out.

El inesperado triunfo de Hillary Clinton fue para algunos un acuerdo perpetrado por turbios elementos entre sus apoyos más conservadores de los demócratas de New Hampshire. Otros señalaron operativos republicanos que según creían habían orquestado su victoria, juzgando a Obama el caballo más fuerte contra Romney (o cualquier otro candidato del GOP).

Como suele suceder, la compañía Premier Voting Machine, que controló más de tres cuartas partes de las primarias de  New Hampshire, era en realidad la amiga republicana Diebold Voting Machine, compañía involucrada en la controvertida victoria del Presidente George W. Bush sobre John Kerry en Ohio en 2004. (La compañía sólo había cambiado los nombres.)

El director de Diebold, Walden O’Dell, quien se comprometió públicamente a entregar Ohio a Bush en 2004, más tarde fue blanco de acusaciones de conspiración de amañar a Kerry en la noche electoral de Ohio. Expertos de alta ciber-seguridad denunciaron que el aparato de recolección del voto en línea de Karl Rove utilizó un “hombre en medio” para alterar los resultados, en colisión con el ultra partidista secretario de Estado de Ohio, Kenneth Blackwell, co-director del Comité para Reelegir a George W. Bush.

El hombre que construyó el sistema de tabulación del voto, el gurú técnico de GOP Michael Connell, murió en un sospechoso accidente de un avión privado luego de ser citado y llamado a testificar contra Rove. Dos funcionarios electorales fueron finalmente condenados por manipular el recuento de Ohio.

A programar el recuento de las primarias de 2008 de New Hampshire se dedicó una compañía poco conocida llamada LHS Associates, que uso el mismo software infame de GEMS que había probado ser fácilmente manipulable por empleados para alterar el resultado de la elección y producir un registro fraudulento de votos.

Con esas arraigadas élites políticas trabajando para manipular el sistema, ¿hay en realidad alguna esperanza de que nuestras elecciones sean representativas?

Por desgracia, la respuesta es no.

Incluso después de darse cuenta de las vulnerabilidades de las máquinas para votar por el experto en computación Harri Hursti antes de las primarias de NH de 2008, el Subcomité de Equipo de Elección del Estado de New Hampshire decidió utilizar el mismo sistema con software fácilmente manipulable.

En el curso de este ciclo de elecciones, una cosa se ha hecho evidente: los jefes de la élite política y el partido son quienes seleccionan al presidente de los Estados Unidos, el voto ciudadano es simplemente una formalidad para dar legitimidad a la élite gobernante.

Presidents are selected, not elected. – Franklin Delano Roosevelt

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