lunes, noviembre 25, 2024
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La división latino sobre la Guerra de Irak

por Emily Ruíz

Emely RuízEmely Ruíz

Como terminó ocurriendo en Viet Nam, la participación militar de los Estados Unidos en Irak está llevando a los hispanos en dos direcciones. O tal vez en tres.

Los números nos narran parte de la historia. La más reciente encuesta del Centro Hispano Pew encontró que menos de un cuarto de los latinos (el 24 por ciento) apoya la participación de tropas estadounidenses. Esta cifra es menos del 31 por ciento que se vio en el 2006 y el 39 por ciento en el 2004.

El Departamento de Defensa de los EE.UU. tiene cifras que muestran que los hispanos son el 10.9 por ciento de las fuerzas armadas, mucho menos que su porcentaje dentro del grupo calificado por edad en las tres décadas de la fuerza armada compuesta por voluntarios.Están los que, como Jess Quintero, han servido en dos giras – una en el ejército de los EE. UU., y otra en la fuerza aérea – hacia fines de la guerra de Corea y hacia comienzos de la de Viet Nam.

Quintero, presidente de los Veteranos de Guerra Hispanos de América, habla con orgullo de las contribuciones de los hispanos al defender los ideales de democracia del mundo desde la guerra revolucionaria hasta el día de hoy.

Recita los nombres de parientes, desde generaciones pasadas hasta los nietos de hoy, quienes sin dudar ni un momento, acudieron al llamado.

Después tenemos a Pablo Paredes, en lo más reciente un soldado de infantería  de tercera clase y técnico de control de armas de la fuerza naval de los Estados Unidos.

Al declararse contra la invasión de Irak, se negó a abordar la USS Bonhomme Richard en lo que se desplegaba en el Golfo de Persia, en diciembre del 2004 como parte de la Operación Libertad Iraquí. Le dieron licenciamiento administrativo después de servir tres meses de trabajo fuerte sin ser encarcelado y que fuera rebajado a un rango de categoría menor. Ahora trabaja de educador de paz con el American Friends Service Committee.

Después está el tercer y tal vez más grande elemento, que tal vez sea reflejo de la actitud de la comunidad en general. Este grupo no intenta organizar ni a los amigos ni a las familias a “salvaguardar la democracia”, ni tampoco protesta de manera activa el compromiso de los Estados Unidos con la guerra.

En las protestas casi por entero de gente blanca contra la guerra este mes, se veía a pocos hispanos.

Tampoco han formado sus propios grupos para protestar la guerra, como los que surgieron durante la época de la guerra de Viet Nam. Una de las protestas más memorables fue la marcha del Moratorio Chicano de 1970 en el este de Los Ángeles, en la que el diputado de un alguacil de condado mató al director de noticias de KMEX-TV, Rubén Salazar con un proyectil de gas lacrimógeno capaz de penetrar una armadura corporal. En la costa este, los Young Lords, en su mayoría puertorriqueños, organizaron manifestaciones similares.

Los latinos anti-guerra mayores de hoy con frecuencia han tenido la experiencia de activismo durante la era de Viet Nam, mientras que menos son los padres de soldados quienes han muerto en los confl ictos más recientes del medio oriente, explica Jorge Mariscal, profesor de Estudios Chicanos/Latinos en la Universidad de California, San Diego.

“Los latinos más jóvenes participan porque ven el impacto de la guerra en sus amigos y el militarismo dentro de sus escuelas por el reclutamiento de jóvenes”, dijo, agregando que la razón por la que no son más los que participan es por la falta de información repartida.

JESS QUINTERO, director ejecutivo de Hispanic War Veterans of America, ofrece las siguientes razones por las que deberían los latinos considerar una carrera profesional de servicio militar a su país y continuar apoyando los esfuerzos de los EE.UU. por completar con éxito la misión del país en Irak.

  1. Como ciudadanos de los EE.UU., los latinos son responsables por el servicio a su país durante una época de guerra.
  2. Hay una fuerte tradición militar hispana que se fundamenta en el patriotismo entre las familias latinas dedicadas a dar una respuesta rápida, valiente y honrosa cuando están en riesgo el país y sus ideales.
  3. El servicio militar ofrece numerosas oportunidades para la educación durante y después de hacer el servicio militar.
  4. Generosas recompensas al firmar un contrato podrían ser de ayuda a los reclutas y a sus familias con aprietos económicos.
  5. La fuerza militar ofrece la estabilidad, un sentido de orientación y ejemplos de otros durante las etapas de mayor vulnerabilidad de un joven recluta.
  6. Ofrece las necesidades básicas como benefi cios médicos, vivienda y comida.

PABLO PAREDES, educador de la paz con el American Friends Service Committee, ofrece cinco razones por las que los hispanos deberían oponer activamente más participación  de las fuerzas militares estadounidenses en Ira:

NO

  1. Los hispanos están sobre-representados en los roles de mayor peligro en la fuerza militar y tremendamente poco-representados en los rangos de ofi ciales y trabajos de élite.
  2. Los programas de reclutamiento que enfocan a los latinos hace promesas en extremo exageradas de una educación, mejor posición económica y aceleración en el proceso de hacerse ciudadano.
  3. Los latinos, y en particular los soldados de tarjeta verde, quienes han servido honradamente, vuelven a casa a enfrentarse con la desigualdad y la discriminación; no se les otorga acceso a apropiados benefi cios de veteranos de guerra.
  4. Los vínculos históricos de los latinos a la fuerza militar estadounidense han sido y continuan siendo destructivas a sus antepasados y países de origen. “Los marines aprenden a cantar sobre la destrucción de Montezuma”.
  5. El clima de guerra ha impulsado la militarización de la frontera de los EE.UU. con México y a grupos de vigilantes como los Minutemen, quienes en sus mensajes propagandísticos, hacen de los latinos un estereotipo y chiva expiatorio de riesgo a la seguridad nacional.

(Emily C. Ruíz es periodista con Hispanic Link News Service en Washington, D.C. Comuníquese con ella a: Emily@HispanicLink.org). © 2008

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