por Tim Chávez
(NOTA DEL EDITOR: ESTA COLUMNA FUE ESCRITA ANTES DE LAS PRIMARIAS DE TEXAS)
Es posible que al senador de los EE.UU. Barack Obama le esperen buenas noticias cuando – por influencia de un importante voto hispano – se anuncie los resultados después de la primaria del partido demócrata en Texas, el 4 de marzo.
Texas puede ser enteramente distinto a California en cuanto al pensamiento político y social de los hispanos. La distinción en Texas puede ser tan clara como la salsa roja es de la salsa verde en la mesa de una fonda auténticamente mexicana.
Mis antecedentes son hispanos de Texas. Siempre vimos a nuestros hermanos y hermanas de California (quienes en gran porcentaje votaron por la senadora Hillary Clinton el martes 5 de febrero) con curiosidad, y más durante los años sesenta y setenta. De ninguna manera fue nuestra intensión expresar que erraran con su intenso activismo político y lealtad colectiva a ningún líder en particular. Sólo era que los encontrábamos diferentes cuando se trataba de un “cambio” necesario – la palabra motivadora de las primarias demócratas del 2008.
Ni siquiera el término “chicano” tuvo entrada con mi familia ni con mis parientes. Mi madre decía que el término connotaba el ser lento y torpe. A ella le parecía que suficientes obstáculos enfrentábamos en la sociedad como para añadir otro más.
En Texas no se sintió ni murmullo del movimiento de la Propuesta 187 de California que salió de los ataques públicos del entonces gobernador Pete Wilson contra los inmigrantes hispanos.
Todo tejano sabía que no sería práctica esa clase de tontera. El entonces gobernador George W. Bush ayudó a dar fin al movimiento en la década de los noventa, antes que llegara al río Misisipi.
No quiero sugerir que en Texas no haya obstáculos a los que enfrentan los latinos.
Mi padre juró que nunca viviría allí. “¡Siguen luchando por el Álamo allá abajo!” gritaría. Los linchamientos de latinos continuaron hasta los primeros años del siglo XIX. El gran doctor Héctor García de Corpus Christi, ahora difunto, fundó el American GI Forum en 1948 con el fi n de resolver la desenfrenada discriminación contra los hispanos. La primera acción que tomó el Foro fue su asociación con el entonces congresista Lyndon B. Johnson por lograr que se enterrara a un héroe latino de guerra en el Cementerio Nacional de Arlington después que una funeraria local se negara a permitir que el héroe yaciera en reposo.
Cuando en poco más de una década se vuelva Texas un estado mayoritariamente hispano, habrá que confrontar a nuevos enemigos. En Texas ese tipo de cambio le da algunas ventajas al mensaje de “cambio” de Obama de las que no disfrutó en California.
Con base en mis experiencias familiares, he aquí algunas sugerencias para su campaña:
- Que llene su personal de apoyo en Texas de hispanos de Chicago que conozcan al senador. Mi familia cruzó la frontera a Texas durante la revolución mexicana de 1910 a 1920, ubicándose después en el centro de Kansas, donde mi padre fue a trabajar en la ferroviaria Santa Fe. Mi abuela de manera regular se montaría al tren de Kansas a Chicago para visitar a parientes. Los latinos de Texas tienen mucha parentela en Chicago. Y el oír de las buenas obras de Obama de la boca de los parientes podrá llegar a convencer a los latinos de Texas.
- Dar con fuerza a la inconsistencia de Hillary: la senadora Clinton puso en escena un abrupto retiro político a comienzos de este año cuando abandonó un esfuerzo del gobernador de Nueva York por permitir que los inmigrantes solicitaran licencias de conducir sin tener que probar ser residentes legales. A ojos del gobernador, el temaera sobre la seguridad del público. Clinton lo dejó abandonado cuando los sondeos de opinión pública mostraron una reacción negativa política contra la propuesta. Obama ha sido consistente en su apoyo a la propuesta de las licencias de conducir.
- Enfatizar empleo, empleo, empleo. A diferencia de muchos chicanos políticamente activos en California, mi familia creyó que el trabajar dos veces más duro y más largo que nadie más le entregaría un cambio absoluto – comenzando con su propia familia. El dinero sigue siendo el poder en la sociedad estadounidense.
- Obama tendría que dar énfasis en su trabajo sobre la legislación de reforma migratoria que el año pasado fracasó en el Congreso. La legislación tenía apoyo de ambos partidos. Los latinos de Texas se han mostrado menos escandalizados con cruzar el pasillo a conversar con los republicanos, y hasta 2a veces votan por ellos.
- Que fomente la colaboración entre latinos y negros. Obama puede ganarse el apoyo hispano al sanar la ruptura entre los latinos y los africano-americanos en muchas partes del sur. La ruptura existe. Las escuelas públicas de Dallas sufrieron mucho mientras que los blancos seguían huyendo hacia los suburbios.
- Las familias latinas en Texas no deja de predicar la importancia de la educación. La historia de Alberto Gonzáles no es un cuento que se da una sola vez en la vida. Ocurre. Los muy influyentes en la política de los africano-americanos, quienes aún intentan lidiar con las necesidades sin resolver de sus propios hijos, se han mostrado reacios en abarcar las necesidades de los hispanos y apoyar la repartición de recursos más equitativa. Obama debe pregonar a ambos grupos cómo trabajar en común, para que los centros urbanos no se vuelvan páramos educativos.
El difunto escritor y muralista, José Antonio Burciaga, nacido y criado en El Paso, usó su talento para enseñar con sentido de humor cómo crear el cambio mediante la participación directa.
Citó intencionalmente las diferencias entre los tejanos y los californianos de ascendencia hispana. En su libro, Drink Cultura: Chicanismo, Burciaga dedicó un capítulo entero a su propio matrimonio “mixto”. Su esposa Cecilia nació y se crió en California.
El mensaje de esperanza de Obama puede ayudar a cambiar los aspectos de desunión entre el chicano, el tejano y el africano americano.
También puede ayudar a todos los de Texas aceptar el cambio que les está llegando para el año 2020.
El 4 de marzo los latinos de Texas podrán darle a Obama el espacio en cuanto a los delegados que requiere para captar el nombramiento del partido demócrata. Hispanic Link.
(Tim Chávez es columnista político que vive en Tennessee. Comuníquese con él a: timchavez787@yahoo.com). © 2008