por Adolfo Flores
Antonio Núñez, un joven de 14 años de California, pagó caro por sus acciones durante una nche con amigos mayores. Participó en un secuestro y estuvo tras el volante durante una persecución de la policía. Núñez recibió la sentencia más severa después de la pena de muerte, la vida sin libertad condicional (LWOP).
Los chicos de color, en particular, son sentenciados de manera desproporcionada a LWOP en Estados Unidos, según un estudio de la Escuela de Derecho de la Universidad de San Francisco. California tiene la mayor disparidad racial de la nación, con los jóvenes latinos cinco veces más susceptibles de recibir una condena de vida sin libertad condicional que los chicos blancos.
Núnez es uno de los 94 jóvenes latinos de un total de 227 sentenciados a LWOP en el estado, según el estudio Sentencing Our Children to Die in Prison.
El informe intenta crear conciencia del tema. Los planes son que sea usado como una herramienta de lobby para aprobar el S.B. 999, un proyecto de California que busca abolir la práctica.
“Hay un perfil racial severo que va bien con el sistema”, dijo la co-autora del estudio Michelle Leighton, directora de los programas de derechos humanos en Center for Law and Global Justice. “La disparidad continúa por todo el país”.
En Dakota del Norte, milpor ejemplo, los niños latinos tienen 16 veces más probabilidades de recibir LWOP que los niños blancos.
En Pennsylvania los niños latinos tienen tres veces más probabilidades.
“Los jóvenes de color tienen una desventaja en cada estapa del sistema de justicia criminal”, dijo Leighton.
Los niños de color, por ejemplo, son dejados en custodia, procesados como adultos en las cortes criminales, se les da sentencias de adultos y tienen más posibilidades de permanecer en prisión que los blancos.
El estudio sostiene que el gobierno de EE.UU. está consciente del problema, pero ha hecho muy poco para abordar estas disparidades.
Agrega que el gobierno ni siquiera recolecta datos en disparidades raciales entre los jóvenes que reciben LWOP.
Los expertos sostienen que estas sentencias tienen un efecto adverso en su desarrollo.
“Son sujetos de violencia y violencia sexual a manos de otros prisioneros y en algunos casos de oficiales de las correccionales”, dijo Alison Parker, investigadora senior del programa de EE.UU. de Human Rights Watch.
Parker, quien ha realizado investigaciones pasadas en el tema, dijo que el número de jóvenes que reciben LWOP sólo en California ha aumentado en 47 desde 2005.
Durante su investigación ella ha hablado con autoridades sobre estas disparidades. Su respuesta es que los chicos de color cometen más crímenes que los jóvenes blancos.
“No podemos decir de manera concluyente que el hecho de que más chicos de color son sentenciados de por vida sin libertad concidional se deba al racismo”, dijo Parker.
En el mundo hay 2,388 jóvenes sentenciados a morir en prisión. De ellos, todos fueron sentenciados en Estados Unidos, excepto por siete en Israel. Son los únicos dos países que tienen a jóvenes bajo LWOP.
El informe sostiene que Estados Unidos viola directamente la Convención Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que declara que los jóvenes pueden ser juzgados en la corte como adultos, bajo “circunstancias excepcionales”.
Connie de la Vega, co-autora del estudio, sostiene que los miles de jóvenes sentenciados a LWOP exceden la calificación de “circunstancias excepcionales”.
Los autores afirman que Estados Unidos mantiene que sólo sentencia jóvenes a LWOP a nivel estatal y no federal y que los estados no deben cumplir con la ley internacional.
Parker calificó el argumento de “ridículo porque los estados están obligados a cumplir con la ley internacional. Hay adultos que cumplen con LWOP en prisiones federales, yo encontré uno”.
Ella dijo que durante su investigación conoció a un joven en la Penitenciaría de EE.UU. en Ellenwood, Pa. La Oficina de Estadísticas de Justicia declaró que no tienen datos porque no hay jóvenes bajo LWOP en prisones federales.
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