viernes, noviembre 22, 2024
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Otro muro para el Partido Republicano

por José de la Isla

HOUSTON – Se dio el repique de gracia la semana pasada cuando en Washington, D.C., se reunió el grupo conservador cristiano, “Values Voters” (votantes con base en los valores). De los 5.775 votos de opinión registrados, el candidato de avanzada, Rudy Giuliani, terminó penúltimo, con sólo el 2 por ciento, en un lista de se contendientes.

Los cristianos de derechas distan mucho de llegar a un consenso. Mientras tanto, los evangélicos latinos, un bloque crucial y determinante, sin decir palabra han dejado que los esperanzados republicanos se las vean ellos solos.

El primer repique ocurrió el día anterior, cuando el senador por Florida, Mel Martínez  anunció su renuncia del cargo de presidente del Comité Nacional Republicano.

Martínez asumió las riendas del partido hace menos de un año. Ambos eventos son evidencia de lo recalcitrante que se ha vuelto el partido.

La razón por la que la renuncia de Martínez es reflejo de la incapacidad del partido republicano de lograr ser unido se encuentra en su campaña por mantener su escaño en el Senado en el 2010, que no va a ser muy fácil. Una encuesta en julio de la Universidad Quinnipiac lo puso con un 38 por ciento de desaprobación y sólo un 36 por ciento de aprobación. Este efecto revertido implica que el senador tiene reparaciones que hacer en casa.

Cuando se anunciaron los resultados de la encuesta, el periódico en línea, Orlando Sentinel.com reportó que dijo, “No me voy a preocupar mucho por las encuestas. Está muy lejos mi propia elección”.

A los tres meses, la campaña del 2010 ya no parece estar tan distante.

La razón es que para entonces Florida habrá sobrepasado en población a la de Nueva York, haciéndose el tercer estado de mayor población después de los estados de California y Texas. Se anticipa ganará tres nuevos escaños en el Congreso después de realizarse el próximo censo, uno de los que se atribuye al crecimiento de la población indocumentada.

En los Estados Unidos sólo se permite a los ciudadanos votar, aunque toda persona queda representada por los funcionarios electos. Por eso es que los representantes que tienen en sus distritos un alto número de residentes indocumentados tienden a ser sensitivos a aquellas inquietudes. Y también explica en gran parte por qué los más vociferantes contra la inmigración son los que representan distritos con relativamente pocas personas indocumentadas.

El problema de Martínez para el 2010 comenzó en el 2006 cuando llevó el proyecto de ley de la administración de Bush en el Senado. El proyecto incluía un camino a la legalización para 12 millones de personas así como elementos que aseguraban una fuerte seguridad fronteriza. Como el único inmigrante de todos los senadores, Martínez era el líder natural para tal proyecto de ley.

Pero la oposición dio fuerte a la opción controvertida de legalización con la palabra venenosa para la política – “amnistía”. Martínez prefería referirse a la legalización como una oportunidad para que los inmigrantes indocumentados pudieran “salir de la penumbra”. La oposición desvió la atención de multas y largas esperas por la solicitud, prefiriendo no solucionar el problema. Al fi nal, este proyecto y otros similares fracasaron. La “amnistía” se volvió una navaja en los dulces del debate sobre la inmigración.

La falta de acción por parte del Congreso sobre la inmigración es uno de los cargos de la acusación del público de inacción gubernamental. Por consecuencia, los funcionarios locales y estatales, han presentado hasta 1.400 artículos de legislación para restringir a los supuestos “inmigrantes ilegales”.

Han circulado numerosas razones más por las que Mel Martínez renunció al cargo de liderazgo del partido republicano. No obstante, tuvo mucho éxito en recaudara $55.3 millones para el Comité Nacional Republicano, mucho más del $34.8 millones que pudieron recaudar los demócratas.

De todas las explicaciones, me parece que la teoría del “cuento de niños” da en el blanco.

Para evitar el destino del 2008, Martínez se está apartado. Con sólo cuatro meses hasta la primera primaria anticipada, el partido no ha podido encontrar su centro de gravedad sobre los valores políticos que le daría una ventaja. Es cada vez menos probable que los republicanos logren seleccionar a una candidato que fomente el consenso de sus varias rarísimas, y muchas veces confl ictivas, facciones.

Lo cual sugiere que después de los comicios presidenciales, todos los caballos del rey y todos los hombres del rey no podrán restituir de nuevo a Humpty Dumpty.

Para ganar su propia candidatura, Mel Martínez sencillamente se aparta del partido republicano en lo que se aplasta después de caerse.

[José de la Isla, autor de “The Rise of Hispanic Political Power” (Archer Books, 2003), redacta un comentario semanal para Hispanic Link News Service. Comuníquese con él a: ­joseisla3@yahoo.com]. © 2007

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