por Jon Rappoport
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Hay algunas personas que despiertan al escuchar la palabra CREAR, como si hubiera comenzado una nueva música incandescente.
Esta sola palabra los hace ver algo majestuoso, salvaje y sorprendente.
Sienten acercarse el sonido del Niágara.
De pronto, se dan cuenta del porqué de su existencia.
A mí me sucedió un día en 1949 cuando tenía 11 años. Estaba abordando un camión al norte del estado de Nueva York para un viaje de un día completo de regreso a la ciudad de Nueva York. Estaba sentándome junto a la ventana cuando el camión salió de un estacionamiento, y yo abrí la primera página de Crónicas marcianas, de Ray Bradbury, un libro perfecto para niños.
La palabra CREAR no estaba en la primera página, pero lo sentí. Sonó como una gran campana en mi oído, y entonces comprendí que estaba en un mundo diferente.
He escrito sobre la vida creativa durante algún tiempo. Para mí, esa vida es un grito lejano desde la pálida avena de “paz a través de la evasión”.
La vida creativa no es a través de eslóganes y sistemas y comidilla intelectual. Es sobre la EXPERIENCIA.
Es sobre bucear en. Es acerca de una especie de transformación que programa en jirones y apunta a la energía del Fuego.
La mayoría de las personas no quieren viajar a esa gran arena porque han sido entrenadas como mascotas por un sector de esta sociedad para ser buenos como niñas y niños pequeños.
La verdad es que si la gente quiere vivir una existencia creativa, tienen que estar dispuestos a destruir –y las principales cosas que esperan su destrucción son sus propias ilusiones y su compromiso con el Mundo de lo Bonito, donde el poder del mantelito es el único poder. Donde esa frase gastada, “la aprobación de los demás”, es el precepto que guía y el palo del miedo.
La vida creativa no es sobre pequeños cambios hechos con pequeños pasos de pingüino. Es sobre poner tus brazos y tu mente alrededor de un Deseo Profundo, Ancho y Grande. Es sobre el nacimiento de ese Deseo.
El noventa y nueve por ciento del mundo ha sido entrenado como ratas para adorar los sistemas. Dales un sistema y ellos estarán listos para acurrucarse y tomarlo todo. Si tienen preguntas, o si quieren discutir, es sobre cómo ajustar el sistema para hacerlo un poco mejor. Y con cada gesto que hacen, ponen otra manta en el fuego.
Quizá alguna vez viste algo verdaderamente libre que no temía las consecuencias, y te impactó y encendió la electricidad de tu alma durante una hora.
Quizá estés enfermo y cansado, y haciendo reverencias a un pedestal sin sentido.
CREAR es una palabra que tendría que ser oceánica. Tendría que moverse y volar lejos de los pilares del orgulloso aburrimiento del alma.
CREAR es sobre lo que hace el individuo cuando se encuentra en llamas y no le importa conciliarlo. Es sobre lo que inventa el individuo cuando ha arrojado el falso frente que lentamente lo estrangula.
CREAR es sobre el fin del posponer irreflexivo. Es sobre qué pasa cuando incineras las bonitas y pequeñas obsesiones de mascota. Es sobre la emergencia desde la falta de sustancia, la máquina vacía de la sociedad que va y va y sorbe la corriente sanguínea vital.
La gente llega a la orilla, y dice, “Estoy esperando órdenes. Estoy en busca de una señal. Espero la señal que me diga que puedo proceder.”
Las personas pretenden que no saben nada sobre la imaginación, sobre “cómo opera” (como si fuera una máquina), sobre qué puede hacer, a dónde puede ir, sobre cómo los puede llevar a un nuevo territorio. Ellos fingen ignorancia.
“Yo quiero permanecer igual, haría cualquier cosa para mantenerlo.”
Es una prueba de lealtad. ¿Quieres permanecer fiel a una idea que sólo es un pequeño pedazo de lo que puedes ser, o quieres emprender la mayor aventura?
Las máquinas de propaganda de la sociedad implacablemente apagan las imágenes y los mensajes que a fin de cuentas dicen: DEBES PERTENECER AL GRUPO.
La fórmula es simple. La imaginación trasciende el statu quo. Por tanto, pertenece al grupo y suprime toda posibilidad de transformación.
Día tras día tras día, año tras año, los medios de comunicación celebran a los héroes. Inevitablemente entrevistan a estas personas para sacarles las mismas historias familiares. ¿Alguna vez has visto a un héroe que le diga a un entrevistador en términos no inciertos: “He llegado a donde estoy porque negué el poder del grupo”?
¿Habías escuchado ese tipo de afirmación sin compromiso?
No lo creo.
¿Por qué no?
Porque no es parte del PROGRAMA DE LA PERTENENCIA, el programa que la sociedad pone en marcha para estar alejada del poder transformador de la IMAGINACIÓN.
Jon Rappoport es el autor de tres colecciones explosivas, The Matrix Revealed, Exit From de Matrix y Power Outside the Matrix.
