viernes, abril 26, 2024
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El ejército de EE.UU. sigue encubriendo la experimentación secreta 65 años después

Pentágono busca bloquear la difusión de los documentos legales

por los servicios de cable de El Reportero

El D.O.D y el Ejército Secreto están tratando de retrasar una orden de la corte que los forzaría a dar información de ciertas noticias de los veteranos de Vietnam, destapando el grado al que fueron utilizados secretamente como sujetos de experimentación durante la Guerra Fría.

La demanda legal, presentada por los Vietnam Veterans of America así como por soldados individuales, se ha prolongado desde enero de 2009, y pide que el ejército divulgue información sobre las pruebas encubiertas realizadas en el “Projecto Paperclip”, operación de la que la Oficina de Servicios Estratégicos cooptó a científicos nazis con “fines de inteligencia de la posguerra”.

“Con la ayuda de los científicos nazis reclutados en el “Projecto Paperclip”, el ejército y la CIA utilizaron al menos 8500 veteranos y conejillos de indias humanas solamente en el Arsenal de Edgewood [Maryland], afirma la demanda de los veteranos.

Iniciada en 1950, está práctica del ejército casualmente utilizó a las tropas para experimentar con los efectos de sustancias psicoactivas en la mente humana. “El gobierno de los Estados Unidos buscó drogas para controlar la conducta humana, que causaban confusión y debilidad o pérdida temporal del oído y la vista, inducían hipnosis y exaltaba las capacidades de la persona para soportar la tortura”, según la demanda.

“Estos experimentos también utilizaban civiles ‘voluntarios’ como estudiantes universitarios, a los que se les pagaban pequeñas sumas de dinero para que participaran, o prisioneros”, señala el documento.

El proyecto, llevado a cabo bajo los nombres de “Bluebird”, “Pandora,” “Monarch”, “Artichoke” and “MKUltra”, administró a los sujetos sin que lo supieran “al menos 250 y puede ser que hasta 400 tipos de drogas, entre las que se encuentra Sarin, una de las drogas más letales conocidas, anfetaminas, barbitúricos, gas mostaza, gas fosgeno y LSD”, en un esfuerzo por lograr los efectos deseados.

“Los demandantes filmaron videos de muchos de los experimentos que involucraron” voluntarios” en Edgewood, como prueba de los comunicados presentados firmados por distintos “voluntarios”. Varias dosis de cada sustancia fueron administradas a los voluntarios típicamente por diferentes medios, ya sea intravenoso, inhalación o percutánea”, señala.

También señalan que los químicos administrados fueron “por encima del umbral tóxico conocido” y causaron sufrimiento y provocaron en varios miembros de la armada “dolor insoportable, pérdida de memoria, alucinaciones, flashbacks, traumas, trastornos psicóticos y otros Reporterlemas duraderos de salud”.

“Lo crucial del argumento de los veteranos — afirman las noticias del juzgado–, es que la Ley de Procedimiento Administrativo obliga a dar noticia a los demandantes de las pruebas y brindarles cuidados médicos.”

Además, los demandantes están citando un reglamento del ejército de 1962 de que a los participantes se les debe “informar de la naturaleza, duración y propósito del experimento y los medios por los que va a ser administrado y de los inconvenientes y peligros que se contemplan, para no invalidar los resultados”.

Entre otros reclamos, los veteranos están buscando que se destape la información médica “concerniente a todas las pruebas aplicadas a los demandantes, incluyendo los resultados de las mismas”, así como una orden de la Corte que establezca “el deber de los demandados de brindar a los demandantes el tratamiento médico necesario de manera continua”.

Denunciante: Google Chrome puede escuchar tus conversaciones

Un denunciante informó que hace cuatro meses que su buscador de Chrome tiene la capacidad de grabar conversaciones sin conocimiento del usuario, lo cual se hizo público luego de que el gigante tecnológico no pudo solucionar el problema.

En el video referido, el programador explica cómo la función de reconocimiento de la voz de Google Chrome sigue operando incluso después de que el usuario abandonó el sitio en que dieron permiso al buscador de grabar su voz.

“Cuando haces click al botón para comenzar o interrumpir el discurso en el sitio, lo que no percibes es que el sitio abrió otro pop oculto bajo la ventana. Esta ventana permanece activa cuando el sitio está cerrado, y luego empieza a oír sin pedir permiso. Esto puede hacerse en una ventana que nunca has visto ni has interactuado con ella, y probablemente ni siquiera sabías que estaba allí”, sostiene el denunciante.

El video muestra una ventana de un pop por debajo del buscador grabando y escuchando las palabras del programador mientras habla. La ventana se puede camuflear como una barra de forma que el usuario no tenga ninguna indicación de que Chrome está escuchando su voz, ya sea en el teléfono, hablando con alguien en skype o sólo teniendo una conversación con alguien cerca de la computadora.

El dispositivo constituye una “grave falla de seguridad” que ha comprometido la privacidad de miles de usuarios de Google Chrome, de acuerdo con el programador, quien advierte: “Mientras esté funcionando Chrome, nada indica que tu computadora es privada”.

El dispositivo convierte a Google Chrome en una “herramienta de espionaje”, añade el programador, anotando que la función de reconocimiento puede ser activada con algunas palabras clave a las que es sensible, y éstas pueden pasar a “tus amigos del NSA”.

El programador denunció el dispositivo a Google el 19 de septiembre del año pasado y le aseguraron que se arreglaría rápidamente.

Sin embargo, a pesar de que supuestamente se corregiría en dos semanas, la actualización nunca llegó a los usuarios de Chrome, con Google diciendo al programador “Nada se ha decidido aún”. Hace ocho años, en 2006, advertimos que las computadoras podrían tener micrófonos adheridos para espiar a los usuarios.

También revelamos desde fines de los años noventa cómo las cajas digitales de cable tenían micrófonos incrustados que poseían la capacidad de grabar conversaciones. Como ya hemos insistido, los términos del acuerdo de las aplicaciones de Android y de iphone ahora requieren que los usuarios permitan que se active un micrófono en cualquier momento sin confirmación al descargar la aplicación.

Los términos del contrato de facebook también permiten a la gigante red social grabar tus conversaciones telefónicas, escuchar los mensajes en la contestadora y obtener “datos de los contactos almacenados en tu teléfono, incluyendo la frecuencia con la que has llamado, enviado un e-mail o comunicado de otra forma con individuos específicos”.

Estamos ahora plenamente instalados en un mundo que el mismo George Orwell habría calificado de “inconcebible”. Micrófonos incrustados en todos lados, desde las consolas Xbox Kinect hasta alumbrado público de alta tecnología, que pueden grabar conversaciones privadas en tiempo real, representa el último golpe en el confín de la privacidad.

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