por Marvin Ramírez
Doña Carmen Zavala de Wheelock entregó su alma al Señor el 20 de mayo de 2015, dejando lágrimas entre familia y amigos que la amaron. Tenía 84 años de edad.
Recordada por sus deliciosos banquetes culinarios, falleció repentinamente en el hospital después que fue de emergenca por una dolencia cardíaca.
La señora Zavala llegó a San Francisco aproximadamente a los 11 años de edad, en 1942 y asistió a la escuela Mission Dolores, donde conoció a su futuro esposo, el caballero descendiente de ingleses, don Ernesto Wheelock. Luego en 1951 regresó a Nicaragua para ambos radicarse allá con su suegro don Wilfredo Wheelock, quien era propietario de haciendas de café en El Crusero. Después que la pareja tuvieron tres hijos estos se separaron. En 1978, un año antes del triunfo revolucionario en este país centroamericano, regresa a radicarse en SF.
Su nieta Danilú Murillo de 41 años de edad, hija del ya fallecido músico (bajista) nicaragüense, Danilo Murillo, y quien es invidente, tenía una relación bien cercana con su abuelita.
Cariñosamente la describe cómo una señora vanidosa, sociable, “le gustaba mucho cocinar, y decía la frase, ‘esta divino’ – con toda las personas que se encontraba en el edificio… les preguntaba si ya habían comido, para ofrecerles lo que ella había cocinado”. Cuando iban a hacer una fiesta sus familiars la buscaban para cocinar, pues era muy diestra en el arte culinario.
La señora Zavala fue la pionera de la familia en llegar a los EE.UU. A través de quien pudieron llegar otros – a los cuales asistió en sus necesidades para establecerse en su nuevo hogar, San Francisco. Laboró por varios años en la famosa panadería Kirkpatrick.
Sus restos fueron velados en la funeraria Duggan’s en la calle 17 en SF, y se le ofreció una misa de cuerpo presente en la Iglesia San Carlos, para luego ser llevados al Cementerio Holy Cross.
Le sobreviven dos hijos, Ernesto ‘Tito’ Wheelock, Carmen del Socorro ‘Coco’ Wheelock, su hermana Melba Angulo-Zavala, seis nietos: Danilú Murillo y Danilo Murillo (hijos de Coco Wheelock y de Danilo Murillo), Mauricio Delgado y Gustavo Marotha Jr. (hijos de Coco Wheelock), y Janet y Marjory Wheelock (hijas de Ernesto Wheelock, Jr.); y siete bisnietos.
El personal de El Reportero y en especial su editor, Marvin Ramírez, se une a la familia doliente en este tiempo de dolor. Doña Carmen era una ardiente lectora de El Reportero.
