viernes, marzo 29, 2024
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Los estadounidenses pagan más en impuesto que en comida, ropa y vivienda juntos

Ahora a los norteamericanos les toma 46 días pagar impuestos por ingresos individuales federales, estatales y locales

por Kurt Nimmo
Analysis

La Fundación de Impuestos ha lanzado un reporte sobre el impuesto anual federal que vence la semana entrante y los resultados son sorprendentes.

En total, los norteamericanos van a canalizar alrededor de $3.3 trillones al gobierno federal este año. Si añadimos a esta cifra los impuestos estatales y locales, la suma es de $5.0 trillones aproximadamente, o sea, más de un tercio del ingreso del país.

Es de destacar que el norteamericano promedio pagará más en impuestos de lo que él o ella gastan en comida, ropa y vivienda juntos.

Según el reporte, ahora a los norteamericanos les toma 46 días para pagar los impuestos federales, estatales y locales al ingreso individual. El impuesto instituido a la nómina suma 26 días, y las ventas e impuestos especiales 15 días. Los impuestos a la propiedad son 11 días en promedio y los de ingreso corporativo nueve días. La cifra se redondea con los impuestos a la herencia, derechos arancelarios y otros impuestos que requieren siete días adicionales para su pago.

Antes de la Guerra de 1812, los norteamericanos pagaban impuestos por aguardientes, carros, azúcar refinada, tabaco y rapé, propiedad vendida en subasta y bonos corporativos. Durante la guerra el gobierno impuso un impuesto a las ventas de oro, platería, joyería y relojes. En 1817, el gobierno acabó con los impuestos y volvió a recolectar ingresos a través de tarifas a bienes importados. Antes de la Guerra Civil, “el Congreso podía permitirse ejercer el gobierno federal sólo mediante tarifas porque las responsabilidades federales no incluían programas de bienestar, subsidios agrícolas o programas como Seguridad Social o Medicare”, escribe Thomas R. Eddlem.

El primer impuesto al ingreso fue instituido en 1862 durante la Guerra Civil. En comparación con la tasa actual, la carga del impuesto al ingreso de Lincoln era ligera –un individuo que ganaba de $600 a $10,000 al año pagaba impuestos a una tasa de 3%, mientras que los ingresos que excedían los $10,000 pagaban una tasa más alta. La oficina del Comisionado de Ingresos Internos fue establecida en 1862. Tenía la autoridad de evaluar, gravar y recoger impuestos mediante la incautación de la propiedad y del ingreso y a través del enjuiciamiento, parecido en al IRS actual.

Después de la guerra, el impuesto al ingreso se contrajo, y los impuestos fueron recogidos principalmente del tabaco y el aguardiente. En 1894, el gobierno intentó revivir el impuesto al ingreso, pero la Suprema Corte lo consideró inconstitucional debido a que no estaba repartido entre los estados como lo dicta la Constitución.

El impuesto al ingreso se hizo permanente en 1913 (junto con la Reserva Federal), cuando fue adoptada la 16º Enmienda. En 1918, al final de la Primera Guerra Mundial, la recaudación de impuestos interna sobrepasó por primera vez la cifra del billón de dólares. La cifra fue $7.3 billones al comienzo de la Segunda Guerra Mundial. En 1943, fue impuesta la retención de impuestos al salario, y eso incrementó el número de contribuyentes a 60 millones. La recaudación de impuestos se elevó a $43 billones en 1945.

Para 2015, el gobierno federal recaudó un récord de $3.25 trillones, de acuerdo con el Departamento del Tesoro. Los ingresos fiscales incluían impuestos de ingresos individuales, impuestos de ingresos corporativos, impuestos de la seguridad social y del retiro, impuestos de seguro de desempleo, impuestos exentos, impuestos sobre sucesiones y donaciones, derechos arancelarios y otros ítems misceláneos, señala Ali Meyer. La mayor parte del ingreso provenía de impuestos al ingreso individual. A pesar de esta jugosa cantidad de dinero expropiado, el gobierno federal gasta alrededor de 3.69 trillones, creando un déficit de $438 billones.

Consciente de la carga impuesta a los norteamericanos promedio, el candidato presidencial Donald Trump ha propuesto revisar el esquema de impuestos que permite a los norteamericanos convertir $10.4 trillones en $11.98 trillones de su dinero en la década siguiente, mientras Ted Cruz promete bajar a $8.6 trillones el impuesto federal.

El socialista demócrata Bernie Sanders, por otro lado, incrementaría radicalmente la carga fiscal de los norteamericanos. Él propone una tasa tope al impuesto de 73.5 por ciento y aumentar los impuestos a los norteamericanos en todos los ámbitos. En el plan fiscal de Sanders resultaría un ingreso 10.56 por ciento más bajo después de los impuestos para todos los contribuyentes, y 17.91 por ciento más bajo después de los impuestos para el 1 por ciento de la cúspide. Al contabilizar la reducción del PIB, los ingresos de todos los contribuyentes después de pagar los impuestos caerían en al menos 12.84 por ciento.

Hillary Clinton afirma que va a presionar a los más ricos para pagar más impuestos y se ha comprometido a cerrar las lagunas corporativas. “Sobre una base estática, el plan de impuestos daría lugar a un ingreso 0.7 por ciento más bajo después de pagar los impuestos para el 10 por ciento de los contribuyentes, y un ingreso 1.7 más bajo para el 1 por ciento de la cúspide. Al contabilizar una reducción del PIB, los ingresos de todos los contribuyentes después de pagar impuestos caerían al menos 0.9 por ciento”, explica la Fundación de Impuestos.

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