jueves, abril 18, 2024
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El Consejo de Relaciones Exteriores (CFR) – Parte 1 de una serie

NOTA DEL EDITOR

Estimados lectores: A medida que la elección presidencial acelera el gas y muchos de nosotros puedemos ver la parcialidad evidente practicada por los medios de comunicación tradicionales, pensé que este artículo, escrito por James Perloff, podría traer algo de luz de de quienes son realmente es y gobierna los EE.UU. ESTA ES LA PRIMERA PARTE DE UNA SERIE.

Qué es, cómo se formó y quiénes son el Consejo de Relaciones Exteriores – PARTE 1 DE UNA SERIE

por James Perloff

Durante su campaña presidencial, Barack Obama prometió de manera consistente “un cambio” a los estadunidenses. Ese tipo de promesas no son nuevas para el público votante.

Cuando Jimmy Carter contendió para presidente, dijo: “La gente de este país sabe por su amarga experiencia que no vamos a hacer… cambios solamente moviendo de lugar al mismo grupo de empleados”. Y el principal asesor de Carter Hamilton Jordan prometió: “Si, después de la inauguración, usted encuentra a un Cy Vance como secretario de Estado, y a Zbigniew Brzezinski a la cabeza de Seguridad Nacional, entonces diría que fallamos. Y yo renunciaría”. A pesar de esto Carter escogió a Vance como secretario de Estado y a Brzezinski como asesor de Seguridad Nacional, el “mismo grupo de empleados” fueron cambiados de lugar; y Jordan no renunció.
La administración Carter estaba dominada por los miembros de la Comisión Trilateral, la cual fue fundada por Brzezinski y David Rockefeller. En 1980, cuando Ronald Reagan hacía su campaña contra Carter, protestó:

“Yo no creo que la Comisión Trilateral sea un grupo conspirativo, pero pienso que sus intereses son devotos a la banca internacional, las corporaciones multinacionales, etc. Yo no pienso que ninguna administración del gobierno de los Estados Unidos deba tener las principales 19 posiciones con gente de cualquier grupo u organización que representen un punto de vista. No, yo voy a tomar una dirección diferente”.

Sin embargo, tras su elección, el Presidente Reagan llamó a 10 Trilateralistas para su equipo de transición, e incluyó en su administración a Trilateralistas como el Vicepresidente George Bush, el secretario de Defensa Caspar Weinberger, el Representante de Comercio William Brock, y el Director de la Fed Paul Volcker. Sin embargo, el total de miembros estadunidenses de la Comisión Trilateral nunca ha sobrepasado muchos más de 100.

La razón de que las promesas de “cambio” de los candidatos presidenciales queden sin cumplirse en la oficina: reclutan su personal de más alto nivel entre los mismos grupos del establishment –entre los que se encuentra la Comisión Trilateral.

A la cabeza de estos grupos está el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR), la manifestación más visible de lo que algunos han llamado el establishment estadunidense. Los miembros del consejo han dominado las administraciones de todos los presidentes desde Franklin D. Roosevelt, a nivel del gabinete y del sub-gabinete. No importa si el presidente es demócrata o republicano. Como veremos más adelante, Barack Obama no es la excepción a la influencia del CFR.

Poder detrás del trono

En teoría, se supone que el gobierno de los Estados Unidos es “del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”. Mientras este concepto era verdadero en los primeros tiempos del país, y muchos individuos aún creen en él, el último siglo ha visto que la realidad del poder cambia incesantemente del pueblo a grupos del establishment como la banca, Wall Street y poderosas corporaciones multinacionales. La columnista sindicalizada Edith Kermit Roosevelt, nieta de Teddy Roosevelt, explica:

“La palabra ‘Establishment’ es un término general para la élite en el poder en finanzas internacionales, negocios, las profesiones y el gobierno, en su mayoría del noreste, que manejan la mayor parte del poder independientemente de quien está en la Casa Blanca. La mayoría de la gente no es consciente de la existencia de esta ‘Mafia legítima’. Así, el poder del establishment se hace sentir desde el profesor que busca un donativo de una fundación hasta el candidato para un cargo en el gabinete o un empleo en el Departamento de Estado. Afecta las políticas del país en casi todas las áreas”.

Roosevelt añade que el objetivo de este grupo es “un estado socialista mundial único gobernado por ‘expertos’ como ellos mismos”.

David Rockefeller, por largo tiempo presidente (y ahora presidente emérito) del CFR, reconoció el papel del establishment al tratar de guiar a los Estados Unidos en la dirección de un solo mundo en su libro Memorias (2002):
“Durante más de un siglo los extremistas ideológicos de ambos lados del espectro se han aprovechado de incidentes bien publicitados como mi encuentro con Castro para atacar a la familia Rockefeller por la desmesurada influencia que afirman que ejercemos en las instituciones políticas y económicas. Algunos incluso creen que somos parte de un grupo secreto que trabaja contra los mejores intereses de los Estados Unidos, caracterizándonos a mí y a mi familia como “internacionalistas” y de conspirar junto con otros en el mundo para construir una estructura económica y política global más integrada –un mundo, si se quiere. Si ese es el cargo, permanezco culpable, y estoy orgulloso”.

Los dos mayores medios que utiliza el establishment para controlar la política del gobierno: 1) mediante su influencia al interior de los dos partidos más grandes y en los medios masivos, se puede asegurar por lo general que los candidatos presidenciales republicanos y demócratas serán elegidos por su propia mano; 2) colocando en los gabinetes presidenciales miembros de CFR en posiciones clave –especialmente aquéllas relacionadas con la defensa, las finanzas, política exterior y seguridad nacional–, asegurando que los Estados Unidos se moverán en la dirección que quieren. Desde la fundación del consejo en 1921, 21 secretarios de defensa o de guerra, 19 secretarios del tesoro, 17 secretarios de estado, y 15 directores de la CIA han salido del Consejo de Relaciones Exteriores.

Antecedentes

Antes de la fundación del CFR, lo que el congresista Charles Lindbergh, Sr. (el padre del famoso aviador) llamó “Confianza en el Dinero” –un grupo internacional de banqueros que incluía los hogares de Rockefeller, Morgan y Rothchild– conspiró para crear el Sistema de la Reserva Federal. Sus agentes, como Paul Warburg y Benjamin Strong, quienes planearon secretamente la Fed en una reunión de nueve días en Jekyll Island, fueron más tarde puestos a cargo del propio sistema. Esto les dio el control de las tasas de interés estadunidenses, y, en virtud de ello, el control de la Bolsa de Valores, así como la capacidad de mantener ilimitado el gasto del gobierno estadunidense mediante la creación de dinero por parte de la Fed. El resultado fueron décadas de inflación y una deuda nacional por las nubes. (Para más detalles, véase el New American de 13 de abril, 2009 o Our Monetary Mayhem Began With the Fed [Nuestro caos monetario comenzó con la Fed].).

No sólo la acumulación de riqueza, sino una consolidación del poder político estaban involucrados. El Money Trust apoyó a Woodrow Wilson en las elecciones presidenciales, y luego lo controló mediante su dirigente, Edward Mandell House, quien vivía en la Casa Blanca. El Trust reconoció cómo puede utilizarse el poder del gobierno para avanzar en sus propios intereses.

Wilson, rodeado por los banqueros, viajó a la Conferencia para la Paz organizada en París en 1919, que estaba resolviendo las secuelas de la Primera Guerra Mundial. Su propuesta clave en la Conferencia, por supuesto, fue la Liga de las Naciones –un primer paso hacia el gobierno mundial. Sin embargo, a pesar de que la Liga se estableció por el Tratado de Versalles, los Estados Unidos no se unieron debido a que el Senado rechazó ratificar el tratado.

En respuesta a este rechazo, el círculo de banqueros, aún en París, realizó una serie de reuniones y propuso establecer una nueva organización en los Estados Unidos, cuya propuesta sería llevar a Estados Unidos a la Liga. Esta organización fue incorporada en la Ciudad de Nueva York dos años más tarde que el Consejo de Relaciones Exteriores.

CONTINUARÁ LA PRÓXIMA SEMANA.

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